
Cuidados preconcepcionales
Aunque es mucho más frecuente que los cuidados y las consultas se produzcan una vez instaurado el embarazo, desde la farmacia se puede –y debe– acompañar a la mujer desde la etapa previa, en la planificación del embarazo, ya que el estado previo de salud y nutrición de la mujer afecta directamente al posterior crecimiento y desarrollo del feto. De especial importancia resulta la promoción de la salud en el abandono de hábitos tóxicos (mujeres fumadoras, bebedoras o las que consumen otro tipo de drogas) o que recordemos la necesidad de puesta al día de la inmunización ante la rubéola o el tétanos, por ejemplo (Tabla 1). En el ámbito nutricional es conveniente asegurar los aportes (mediante la alimentación o, si no es posible, con complementos nutricionales) de:
• Acido fólico (B9): prevención de labio leporino, espina bífida y cardiopatías. Aproximadamente un 30% de la población presenta una mutación (MTFHR) que impide la correcta absorción del ácido fólico, por ello es necesario administrar la forma activa (5-metiltetrahidrofolato).
• Vitamina B12: prevención de defectos del tubo neuronal.
• Vitamina D3: para asegurar niveles adecuados, ya que facilita la absorción de calcio. Mayor implantación del embrión
• Hierro: para asegurar las reservas y prevenir la anemia.
• Myo-Inositol y D-Chiro-Inositol: en mujeres con ovarios poliquísticos o con resistencia a la insulina favorecen la acción de la insulina y además participan en el desarrollo ovocitario y folicular.
• Yodo: favorece el desarrollo intelectual del feto.
• DHA: mejora la ovulación y la implantación.